La Gran muralla China es una antigua fortificación china construida y reconstruida entre el siglo V a. C. y el siglo XVI (Edad Moderna) para proteger la frontera norte del Imperio chino durante las sucesivas dinastías imperiales de los ataques de los nómadas procedentes de Mongolia y Manchuria.
La Gran Muralla China, patrimonio de la Humanidad desde 1987, fue construida entre los siglos V a. C y XVI. Durante este amplio espacio de tiempo muchos de los trabajos realizados se corresponden con reconstrucciones y consolidaciones.
Se trata de una obra arquitectónica excepcional e impresionante. Según los últimos estudios y teniendo en cuenta todas sus ramificaciones cuenta con 21.200 kilómetros de largo, aunque apenas se conserva en buen estado una mínima parte. La altura media es de 6-7 metros y entre 4 y 5 metros de ancho. Su función era la defensa de la frontera norte de China.
En su construcción participaron maestros de obra, canteros y albañiles, también prisioneros de guerra y convictos que debían cumplir su condena trabajando en la muralla. Aunque la gran mayoría de trabajadores fueron soldados, principalmente durante el reinado del emperador Qin y también campesinos a quienes se les hacía ver que su trabajo era un pequeño sacrificio que beneficiaba a todos y que por lo tanto debían participar voluntariamente.

La longitud de la Gran Muralla China es casi 2,5 veces mayor de lo que se pensaba, puesto que mide 21.196 kilómetros y no los 8.850 calculados hasta ahora
A lo largo de toda la muralla se construyeron altas torres de vigilancia, a una distancia aproximada entre ellas de 800 metros. Cuando había peligro se comunicaban entre sí con señales de humo durante el día y con la luz del fuego de noche.
La Muralla China contaba con numerosas puertas de servicio, muy estrechas, por las que apenas cabía un caballo, con el objetivo de ser fácilmente defendibles. No obstante, sólo dispuso de tres grandes puertas, que se hallaban muy vigiladas y que fundamentalmente servían como aduanas, dadas las rutas comerciales que pasaban por allí.

Para su construcción se emplearon diferentes sistemas, dependiendo de la geografía de la zona, en lugares montañosos se recurría a la forma más tradicional, el acarreo de piedras a hombros por estrechos senderos en los que se formaban cadenas humanas, o con cestas de bambú, en zonas desérticas se utilizaron camellos y en los terrenos llanos se recurrió a caballos o carretas tiradas por bueyes.
En cuanto al material empleado, como en todas las construcciones, sobre todo de la antigüedad, se utilizan los recursos más próximos. En este caso y teniendo en cuenta las dimensiones de la muralla y su paso por diferentes territorios, es lógico que hallemos tramos levantados con piedra caliza, otros con ladrillos unidos con mortero de cal e incluso de tierra apisonada. Una parte del muro parece de plata y es debido a que se utilizó cierto tipo de piedra de la zona con gran concentración de plata. Todas estas formas constructivas resultaron muy resistentes ante los ataques enemigos. Contaba con almenas y sus correspondientes tramos para la defensa de los soldados.
Llegados a este punto debemos aclarar la primera de las dos grandes leyendas urbanas más frecuentes que encontramos sobre la muralla China. Es cierto que trabajaron millones de personas en su construcción, pero no es cierto que la Gran Muralla sea el mayor cementerio del mundo. Se ha venido afirmando que los trabajadores que fallecían durante los trabajos en la muralla eran enterrados en los muros, emparedados, como material de relleno. Si esto hubiera sido cierto, una vez que los cuerpos se descompusieran se crearían huecos, puntos débiles, la estructura se debilitaría. Aplicando la lógica más simple habría que desecharlo. Y en cualquier caso no hay evidencia científica alguna que lo confirme. Probablemente esta falsa teoría provenga de viejas leyendas que envuelven desde sus comienzos a la Muralla China y que hablan de dragones y de otras muchas fantasías.
La otra gran leyenda urbana que también debemos desechar por completo es la creencia de que la Gran Muralla China es la única construcción humana visible desde la luna. No, no se ve desde la Luna.

El 26 de enero de 2007 se dio a conocer que la muralla china fue elegida como una de las ganadoras en la lista de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.