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Plan B, los juegos tradicionales

Puede suceder que en alguna ocasión nos encontremos con un grupo de niños e incluso de adultos y no tengamos recursos o medios para entretenernos con los juegos actuales, puede ocurrir que no tengamos wifi, algo terrorífico en la actualidad y que incluso puede llegar a bloquearnos y a no saber qué hacer. En este caso, siempre nos quedarán los juegos tradicionales. Son juegos muy sencillos y básicos con escasas reglas, que todos comprendemos fácilmente y que pueden llegar a ser muy divertidos y entretenidos.

En algunos casos no necesitamos absolutamente nada para jugar, como el escondite, el pilla, pilla o el poli y el ladrón.

Juegos tradicionales

En otros casos apenas necesitaremos algún pequeño elemento que podemos conseguir con facilidad. Para Rayuela sólo necesitamos una tiza y un pequeño tejo, con un pañuelo podremos disfrutar del juego del pañuelo y también de la gallinita ciega, una soga nos servirá para la comba, una silla para el juego de la silla y al tres en raya podemos jugar con un lápiz y un papel o en el suelo con unas simples piedrecitas.

Algunos de estos juegos se practican en nuestras fiestas populares, recordemos el cuadro de Goya, la gallinita ciega. También nos viene la imagen de dos grupos tirando de una soga en una disputada competición familiar, entre amigos…

Es cierto que poner en marcha este tipo de juegos lleva consigo un cierto revuelo o barullo sobre todo si los practicamos con niños, pero conllevan otros muchos beneficios puesto que fomentan un gran número de habilidades sociales. Al jugar en grupos, los niños aprenderán a respetar turnos, a respetar las normas de juego, a no hacer trampas y a fomentar la amistad.

Y no sólo se fomentará la amistad entre los amigos sino que incluso se crearán nuevas amistades puesto que es muy frecuente que si varios niños juegan por ejemplo a la comba en la calle, siempre se acercarán otros niños a los que sin duda se permitirá jugar y que finalmente se integrarán como nuevos amigos.

Con este tipo de juegos se fomenta la amistad entre los amigos y se crean nuevas amistades.

Con la mayoría de estos juegos se desarrolla el ejercicio físico y sin prácticamente darnos cuenta. Nos olvidamos de las aburridas y extenuantes tablas de ejercicio. Con estos juegos tradicionales correremos, saltaremos… sin apenas darnos cuenta y al final del día los niños estarán cansados y felices.

Todos ellos son juegos tradicionales porque ya los practicaban nuestros antepasados, algunos incluso en la época romana. No obstante, podríamos imprimirles un toque actual y de esa forma desarrollar también la imaginación.

En la gallinita ciega hay que decir al iniciar el juego “Gallinita ciega que se te ha perdido, una aguja y un dedal, date la vuelta y lo encontrarás”, pues podemos cambiarlo por “Gallinita ciega que se te ha perdido, un lapicero y un compás, date la vuelta y lo encontrarás”.

Nuestro reto es dar un toque moderno a estos juegos tradicionales

O en vez de jugar al poli y al ladrón podemos cambiar los polis por guerreros de la galaxia y los ladrones por los espectros del mal. De esta forma estaremos retomando juegos tradicionales pero adaptados a nuestros días. Algo que los niños ya practican de forma espontánea y que probablemente sea la esencia de su pervivencia y el hecho de que se sigan practicando este tipo de juegos desde siempre.

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